He hecho varios errores.
El primero es que he leído la crónica de John Benamati antes de empezar a escribir la mía. Espero no copiar su humor ni su idioma peculiar, que luego me denuncia por plagio.
Pero algo tendré que contar de él porque fuimos juntos.
Ahh, estaba hablando de mis errores y solo conté el primero. Pues, los demás están bajo investigación y siguen sin aclararse. El tema es que se repiten hasta el infinito y no encuentro solución. No sirvo para esto pero sigo haciéndolo. Esta es la única conclusión. Habrá que aclarar un poco quizás, aunque no entiendo que puede haber gente que sigue leyendo mis mismas historias una y otra vez.
Empecemos por el final y por lo que probablemente ya saben. He terminado otra Transvulcania y además en un tiempo mejor que las desastrosas 14 horas del 2015.
Debería estar feliz pero estoy triste.
Por mi cabeza pasó de todo en las últimas 5 horas de carrera. Varias veces tuve que apretar los ojos para no romper en lágrimas. Impotencia, el no saber por qué, recuerdos que volvieron a la mente como un entreno del faro a faro en el que llegué llorando a Buenavista. No quiero repetir esto en cada carrera. Vale, no soy el único, puede pasar a cualquiera. ¿Pero en todas las carreras? ¿Sin encontrar solución? ¿Soy realmente idiota? (Que por lo menos sea idiota feliz entonces, jaja)
Creo que con esto, ya está resumida la carrera. Pero si les sobra tiempo y paciencia pueden seguir leyendo...
Patrocinador de la Ultramaratón Transvulcania: Naviera Armas. Oferta especial y enlazan un barco especialmente para los participantes de la carrera (eso he entendido)
Un poco mas que una patera (no, no estoy criticando) pero nos llevan casi gratis con coche y todo. John suele marearse pero como la oferta es irresistible se sacrifica a intentar sobrevivirlo. Las previsiones son buenas y el mar tiene pinta de estar planchado.
Hasta la salida del muelle de Los Cristianos, el "barco" casi ni se mueve. Hemos acertado al sentarnos mas o menos en el centro del barco, aunque quizás demasiado en un lateral. Los movimientos del barco parecen círculos que van cambiando su plano horizontal y dirección. Vale, nadie habrá entendido esto. No importa.
Lo que importa es el resultado. Veo como va cambiando la cara de John. También el color. Y al final la posición. (Terminó en el suelo) Fui a buscarle unas bolsitas pero no las llenó. Vino una azafata dispuesta a lo que sea para que mejorara. Yo habría sabido qué pedirle pero John quiere mucho a su mujer...bueno, fantasías mías. Le preguntó si tenía frío o calor. (John tenía chaqueta puesta, las manos dentro de las mangas, capucha sobre la cabeza apretada y solo se le veía la nariz realmente) No contestó. La mujer estuvo un rato dándole aire con un abanico y John fue incapaz decirle que parara porque con sus palabras podría haber salido algo mas que habría destrozado el bonito y planchado uniforme de la azafata.
En fin. En vez de 2h40 tardó 3 horas, 20' de diversión extra y ya solo faltaban 40km en coche por carretera de montaña para llegar al hotel en Puerto Naos, jajajaja.
Bueno, mejor cuento la historia mía en vez de la de John. La suya la pueden leer aquí.
Duermo bastante bien y tenemos todo el día para comer, recuperar del viaje, comer, recoger el dorsal, comer, dormir siesta, comer y cenar. Tenía previsto encontrarme con amigos belgas que conocí en la Transgrancanaria 2015 y que volví a ver mas tarde en Chamonix para la TDS donde me consiguieron alojamiento en un chalet de lujo a 500m de la salida y meta de la UTMB. (Ya me confirmaron mi habitación para este año también, yipiiiiii, vaya lujo)
Nos organizamos juntos y la logística final fue dejar los coches el viernes por la tarde en Los Llanos, volver juntos en taxi y para evitar el estrés de la guagua hasta la salida y la larga espera en la noche fría del Faro de Fuencaliente, otro taxi que nos lleva directamente desde el hotel, pudiendo dormir una hora mas.
El único problema era que llegamos al faro cuando ya habían pasado todos el control de chip y en teoría íbamos a salir en posición 1800... Habían algunos voluntarios que tenían que evitar que los chulos como nosotros, llegando tarde, salten las vallas para colocarse mas adelante. Y mientras decían repetidamente "no pueden hacer esto, no se puede, tienen que entrar por el final detrás" levantaban un poco la cinta entre dos vallas para que quepamos debajo...jaja. John intentó primero bastante delante pero ahí hubo demasiada tensión, caras que querían matar y gestos provocativos. Con menos resistencia lo conseguimos mas o menos al final del primer tercio de payasos. Y es que en ese momento parecemos payasos. Los móviles grabando, todos con los ojos como platos como si nos hubieran inyectado algo, gases incontrolables... Menos mal que fue poco tiempo.
No sé si sería mejor empezar una nueva entrada en el blog para relatar la carrera... Esto es muy largo.
Pero qué voy a contar de la carrera. Lo mismo que los otros 3 años. Salida en plan "ovejas, todas al campo". Si no quieres que te aplastan, sigue e intenta no aplastar al que va delante. Y así mas o menos hasta el pueblo Los Canarios donde nos espera toda la afición y un vasito de aquarius. Llegué 5 minutos antes que el año pasado, pero quizás sea porque no tuve que parar para ensuciar la lava volcánica. Mi objetivo es llegar a Los Canarios antes que se haga de día, pero no lo consigo. Me falta recortar otros 5 minutos. Así que el frontal ya se guarda. Los conocidos y bonitos paisajes por Las Deseadas y agradable bajada al Pilar que esta vez gracias al ibuprofeno, la pude hacer corriendo. 3h45 mas o menos. No tan rápido como mi primera Transvulcania, pero mucho mejor que 2015.
La pista hasta el Reventón es mi calvario. Por supuesto vuelve el dolor de cadera y tomo otro ibuprofeno. Bueno, me han adelantado unos 300 corredores, entre ellos la élite de la maratón que salió del Pilar poco después de pasar yo por ahí.
En la subida después hacía el Pico de la Nieve, como es habitual, vuelvo a adelantar la mayoría de los que me pasaron. Bajada divertida hasta el nuevo avituallamiento e intento no perder mucho tiempo ahí. Pienso que ahí puede estar uno de los errores. Cogí comida y decidí comerla mientras seguía "corriendo". ¿Como? ¿Corriendo? Con la boca llena de sandwich, miro hacía arriba y veo una pared. Jaja, qué graciosos. Me entró mas sandwich en los pulmones que en el estómago. Y el plátano lo estuve aplastando en mis manos hasta el final de la subida ya que comerlo subiendo, no era una opción.
De ahí hasta el Pico de la Cruz se hizo mas corto que otros años. Probablemente porque ya sabía que detrás de cada subida, venía otra. En la última, en un pase precioso entre las rocas, había mucha gente animando y sacando fotos.
El avituallamiento detrás lo habían reducido ya que había de todo en el de Las Nieves (que no aproveché lo suficiente). Llenar agua, vaso de Coca Cola y ya queda menos para llegar al Roque de Los Muchachos. Voy un poco tocado pero bien. Bebo y como por el camino y al final llego al Roque en 8h30. Media hora mas tarde que el primer año, pero un muy buen tiempo. Estaba cansado pero contento. Hora de reponer fuerzas para la bajada. No quería perder mucho tiempo pero decido ir a por un plato de pasta con atún. Lo como con prisas y salgo trotando. Uff. Me siento mal. Me duele la barriga y tengo ese típico sueño después de comer, las ganas de dormir siesta. Pero hace frío y mucho viento, hay que seguir. Después de 1km encuentro un sitio abrigado y me siento tan mal que me echo en el suelo. Punto. Final de la carrera.
Me levanto, intento correr pero me siento demasiado mal. Bebo agua. No mejora. Caminando voy bien pero imposible subir el ritmo. Pienso que hay que darle un poco de tiempo a que mi barriga asimile la pasta y sigo caminando. En algún tramo de la bajada consigo soltar un poco las piernas pero al rato vuelve el malestar. En el Time intento comer algo y beber bastante. Pero me siento cada vez peor. No volví a correr ni un metro. Mas de 10km caminando. Entre El Time y la meta me adelantaron mas de 250 corredores de la ultra, y vete a saber cuantos de la maratón hasta Tazacorte. Yo estaba fatal, venían por detrás pidiendo paso. 500 personas pidiéndote paso cada 2 segundos. Me llegué a cabrear bastante. Si quieren pasar, eso no es mi problema. No puedo parar y arrimarme a un lado cada 2 segundos. Yo también quiero llegar abajo. Hay demasiada gente en esta carrera y sigo opinando lo que ya se ha comentado miles de veces, que no está bien mezclar tanto los corredores de la maratón con la ultra. En Tazacorte, con cientos de personas animando, hice todo lo que pude para no llorar y seguí caminando sin parar.
La última subida a Los Llanos pasito a pasito, concentrado en las diferentes formas de los adoquines en el suelo. En la recta final hice algún intento de trotar pero mi tripa lo impedía, la primera vez que hice todo caminando, incluido el tramo final sobre la alfombra. Ya está. Número montado una vez mas. Al otro lado del arco de meta, me levantan los de cruz roja, me echan en una camilla y me llevan a su carpa. Me entran pequeños calambres en las dos piernas en todos los músculos. No puedo moverme. Dicen que quizás mejor lo vea un fisio pero protesto. No quiero que me toquen demasiado las piernas. Los músculos están pidiendo a gritos sustancias vitales que mi estómago no ha dejado filtrar a la sangre desde hace ya mas de 5 horas. Dos bolsas de suero, y todo solucionado. Otra Transvulcania acabada. 13h15 y triste. Es fácil hablar y opinar después, pero no necesito demostrar nada a nadie. No tengo porque sufrir tan exageradamente en algo que hago por "diversión". Mi padre me mandó una solución fácil por whatsapp: "existen carreras mas cortas, no hace falta correr 75km."
Le contesté "ya..." Pero sé que volveré a intentarlo el año que viene a no ser que me cure un psiquiatra de mi enfermedad. Quizás es peor ser adicto a drogas o sufrir depresiones crónicas...hay que pensar positivo.
Bueno, y que estoy apuntado a la UTMB, a eso, de momento solo puedo reaccionar con un "jajajaja"