Entreno por el monte

Un fin de semana sin haberme apuntado a ninguna carrera. Relax? Podría ser pero el trailrunning me llama. Hay ganas de explorar un poco mas de monte. Avisé a Miguel, propuse una variación de senderos, algunos nuevos para mi y una distancia de unos 40km. Miguel no se lo pensó y dijo que sí. Otro domingo madrugando porque tampoco es cuestión de perder el día entero y además ya hace mucho calor luego. Salimos a las 7:30 hacía Granadilla, y no precisamente para la Romería que se celebraba justamente este día. Mientras subimos en coche, Miguel propone un cambio de recorrido, todo nuevo, tanto para mí como para él (quitando algún tramo como la subida a la cima de Guajara). Sería algo menos de kilómetros pero no importa. En los mapas que tenemos en los teléfonos, Miguel vió una subida a Guajara desde Madre del Agua, diferente a la del Paisaje Lunar. Yo tengo el mapa descargado y no necesito cobertura para verlo pero no está actualizado y no aparece ese tramo marcado. Era previsible que nos íbamos a quedar sin cobertura así que sin ver le sendero en el mapa... A Miguel no le preocupa eso, el nunca se pierde...jaja.
Aparcamos el coche donde empieza la pista que queremos subir y a las 8h25 arrancamos. Corrimos desde el principio con un desnivel entre 10 y 15%, y a los 300m ya no podíamos casi hablar, asfixiados los dos. En vez de subir todo recto hasta la pista a Madre del Agua, cogemos otra pista mas abajo que ladea un poco hasta encontrarnos con el sendero que sube desde Las Vegas. Justo debajo de La Florida hay un cruce con carteles y elegimos el camino que va derecho a Madre del Agua. Desde allí empieza la aventura. Miro el teléfono y probablemente al tener cobertura aún, me sale el sendero marcado. Nos cuesta un poco localizarlo pero empezamos bien. No es un sendero bien marcado ni cuidado y a veces lo perdimos un poco, consultamos mapa y seguimos. El sendero sube haciendo "S"es, tanto que de vez en cuando elegimos tirar recto hacía arriba, hasta que en un atajo perdimos otra vez el sendero. Miro el teléfono y ha desaparecido la linea del mapa, no hay nada. Miguel ve un punto verde pintado en una piedra hacía la izquierda y lo seguimos aunque nos parece también ver un sendero a la derecha... Ladeamos un rato y nos metemos en un barranco siguiendo una tubería de agua. Uuupsss. Cada vez mas plantas y arbustos y se complica bastante seguir esa tubería. El barranco cada vez mas profundo y más estrecho. Tenemos paredes de 30m a ambos lados y de repente también en frente. Una opción sería volver, pero la verdad es que en ningún momento lo planteamos. Empezamos a analizar la pared izquierda, dirección hacía el sendero que sube a Guajara y buscamos un sitio por donde poder salir. Empiezo trepar piedras pero Miguel lo ve demasiado peligroso y al final tampoco consigo llegar arriba. Mi madre!, no sé escalar. Y como bajo? No quiero matarme y con cuidado, cogiendo mi tiempo, tranquilo, consigo volver atrás. 100m mas adelante hay otra opción que parece más viable y otra vez voy yo primero. Lo que es vertical no son más que 3 metros pero para un matado como yo, que nunca ha escalado (de niño me subía a los arboles, eso sí) fue pura adrenalina y concentración. De repente pienso que tengo 51 años... Qué hago yo colgando de unas piedras en un barranco como un niño malo. Está claro que me siento mas el niño malo que señor de 51... Consigo llegar a una pequeña plataforma y desde allí se ve que el resto de los 30m se pueden subir con algo mas de facilidad así que le digo a Miguel que venga también. Yo no tuve miedo pero le veo a el y pienso ufff, cuidáádo. Pero solo estamos un 80% loco, falta un 20% para arriesgarnos realmente a matarnos. Cada mano va probando el agarre en la piedra antes de subir un pie y perdimos bastante tiempo pero eso era lo de menos. Tuvimos que subir 300m en menos de 1km para llegar al sendero a Guajara, y eso ya estando por encima de los 2000m. Se nota. Miguel tiene un bajón y dice que ya llevamos mas de 3 horas, que solo hemos hecho 15km y que quizás sería mejor bajar ya. Pfff, la verdad es que no me gusta abandonar lo planificado si no es realmente necesario y le convenzo para seguir subiendo hasta la cima de Guajara. Lo hicimos a buen ritmo, yo sufriendo un poco para seguir a Miguel, pero no me importaba. Iba unos 30m detrás y pensaba que mejor así porque si llega a escuchar mi respiración asfixiada seguramente se agobia, jaja. Arriba vuelvo a consultar el mapa mientras Miguel quiere ir a lo ciego otra vez. Menos mal que consigo convencerlo de seguir el sendero marcado en el teléfono, porque hasta ese ya era suficientemente radical. La cara norte de la montaña Guajara (no sé porque siempre son mas radicales las caras norte...), la que da hacía las Cañadas, es un acantilado impresionante. Y no menos impresionante es el caminito que ladea unos 50m por debajo de la cima hacía el oeste. Hacía arriba, una pared más que vertical, casi colgando y hacía abajo un precipicio directo al camino de siete cañadas y el parador, 500m mas abajo. Miguel dice que se le encoje el estómago y la verdad es que alguien con vértigo lo pasaría muy muy mal ahí. Mejor no correr, porque resbalar o poner un pie donde no hay que ponerlo podría tener consecuencias serias. Bueno, quizás soy un acojonado y no es para tanto. Eso lo pensaba sobre todo, mas tarde cuando nos encontramos con unos senderistas jubilados que iban subiendo, aunque no sé yo si habrán ido hasta arriba...jejeje. Al final acaba el tramo que produce adrenalina y empieza un sendero muy técnico dirección a Vilaflor. Nos encontramos con un grupo enorme, probablemente una guagua entera organizada, de senderistas dispersos por ese sendero bajando tranquilito, disfrutando del paisaje tan típico con los Tajinastes en flor. Llegamos a una fuente de agua y nos refrescamos un poco. Miguel tiene poca confianza en su tobillo recién "recuperado" de un esguince serio y voy delante. Lo espero en el cruce con el GR donde cogemos hacía el Paisaje Lunar para no terminar en Vilaflor, y cuando llega comenta que intentando seguirme ha vuelto a doblarse el tobillo. Vaya disgusto. Me siento culpable. Creo que no hay lesión peor. Los ligamentos están o rotos o alargados y ese tobillo no recupera. Me resulta incómodo bajar despacio así que hago tramos corriendo para luego esperar a Miguel que tiene que bajar con mucho cuidado. Nos quedan 8km hasta el coche. En algún tramo menos técnico de pista, donde no hay mucho riesgo de doblar el tobillo, Miguel corre a buen ritmo. El resto controlando para no fastidiarlo totalmente. Qué pena porque hicimos un entreno espectacular, un poco lento y accidentado (y no por el tobillo solo...) pero fue muy bonito descubrir cada vez mas sitios nuevos y nunca dejará de impresionar esta montaña que tenemos aquí y que es la isla entera de Tenerife, porque finalmente es una montaña única, grande, que sale del mar en medio del atlántico. Una joya y es un honor poder disfrutar en ella.