Salida muy puntual, desde la plaza de Buenavista. Explicaron el recorrido pero no presté mucha atención ya que no conozco de nada esa zona. Lo único que oí era que subir, bajar, volver a subir, volver a bajar, más subir y más bajar. Una especie de W. Ví a todos los super-maquinas presentes, esa vez hasta el ultra-maquina Miguel Angel Vaquero. También los viejos como yo que siempre me adelantan como si tuvieran 20 años. En los primeros kilómetros no se abrió demasiado el grupo, podía ver (a lo lejos, eso sí) a los primeros pero después de la primera subida eso ya cambió. Miguel Angel iba solito delante y un rato después iba el conocido grupo de los que ganan cuando no está el Vaquero. Detrás de estos otro hueco y el tercer grupo con Miguel y Ibán incluido. Nos cruzamos porque el recorrido hacía las patas de la "W" por la misma carretera. (espero que entiendan mi explicación) Intenté saludarles pero en la segunda "pata" ya no me salía voz porque nos hicieron correr 10km con un solo puesto de agua en un recorrido bastante caluroso y soleado. Aparte de que iba afixiado, por su puesto. Ibán y Miguel llegaron juntos a meta en unos 37 y algo minutos. Felicidades. Es fruto de sus intensos entrenamientos últimamente, pensados en marcar un reto en la media maratón de Santa Cruz. Yo llegué después de 42 y algo, lo de siempre, ni mejor, ni peor que otras. Y en 53 (creo recordarme) llegó en meta nuestra ya media Vigorexica Patricia, en realidad única (otra vez) representante de club Triteide. Por categorías estaba la cosa difícil, cincuentones en 38 minutos, cuarentones en 33, y nos encontramos entre 5 y 7 lugar. Pero Patricia consiguió podio con un segundo puesto en su categoría del que nunca veremos la foto porque la sacó, como en ocasiones anteriores, Ibán con el teléfono de su mujer...
Bonito detalle del ayuntamiento de Buenavista, que nos ofreció unas bebidas y comida plan picoteo, tortilla, pizza, dulces y bocadillos (llegué tarde para pillar uno de esos) mientras hablamos nuestras experiencias.
Y la verdad es que, para la gente que no entiende porque corremos esas carreras, el ambiente, el buen rollo, el estar entre amigos, volver a ver cada fin de semana esa gente que apenas conocemos, pero que vemos como amigos ya, lo convierte en una sana reunión social. Parecido a los que se van el domingo a un asadero comer carne quemada en el fuego y emborracharse con vino y cervezas. Son sensaciones parecidas, pero el cuerpo, a la larga, agradece la manera nuestra de disfrutar de un fin de semana...
Perfil de la carrera...acumulando 300m de desnivel |
1 comentario:
Muy bien explicado d'Jo!! jajaja!! Sé de más de uno que está enganchado a estas crónicas tan detalladas...
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