miércoles, 18 de marzo de 2015

Ahora sí

Ha pasado una semana desde la desastrosa TGC (para mi) y me siento bien. Entre semana ya cayó primero una vuelta en bici con bastante subida y al día siguiente Santa Cruz - Pico del Inglés y vuelta.
Con esas buenas sensaciones no me asustaba el whatsapp de Marce que me retaba a correr lo que mas odio... : ... La pista de 7 Cañadas, salida desde El Portillo...
El reto consistía en ver quien se quejaba más durante el trayecto.
Pero voy en racha perdedor.
Poco después de empezar a correr, al ser temprano por la mañana y justo después de desayunar, tuve que hacer una parada sanitaria urgente. Marce aprovechó para intentar coger ventaja en el reto de una manera imperdonable. Me dijo que aprovecharía mi parada para caminar un rato, pero cuando me reincorporé no había ni rastro de él hasta el horizonte, y mira que en 7 cañadas hay visibilidad... Se largó. Pero yo estaba demasiado bien y le devolvería la jugada mas tarde...
Con el camelback lleno, en frío a las 8 de la mañana y a 2.000m de altitud, me puse a correr por debajo de 5 minutos el kilómetro (últimamente eso es mi ritmo "sprint") y tardé unos cuantos kilómetros en poder unirme con el otra vez.
Poco después apareció Samuel el sifio desde el otro lado. Vino desde el Parador. El había hecho 5km, nosotros ya 10. En el kilómetro 13 (si no me equivoco) aparece la subida a la degollada de Guajara. Habíamos estado hablando y ya era hora de avanzar un poco. Me puse delante y detrás escuché como fueron ganando puntos del reto Samu y Marce.
Directamente después de la degollada bajamos un sendero poco transitado hacía el campamento Madre del Agua. El terreno es técnico, pero con la excusa de sus problemas de tobillos y pies Marce ganó otro set de puntos en el reto y nos hizo bajar a ritmo senderista. Pero aprovechamos para abrir debate sobre unos puntos actuales, trending topics de las redes sociales y nuestro querido ambiente de trailrunning. O sea, lo que suelen hacer las marujas, después de dejar a los niños en el cole en algún bar con un café y un croissant, lo hicimos por un barranco bajando de 2400m a 1700m. Cuando llegamos a la pista ya habían pasado 3 horas y sumamos 20 de los 45km que tenía el castigo planificado.
En la pista de Madre del Agua, hacía el Barranco del Río, Marce se deshizo de todos los puntos del reto que había acumulado quejándose antes, y nos marcó un ritmo peleón, por lo que volvimos a estar igualados.
Bajamos al Barranco del Río y Marce empezó a quitarse ropa al escuchar el ruido del agua con la idea de bañarse. Pero cuando metió una mano dentro del agua fría decidió cambiar el baño por sentarse en una piedra y comer algo. Esa opción era la que yo también deseaba. Cuando ya nos levantamos para marcharnos escuchamos a otras personas llegar abajo y subiendo por el otro lado nos cruzamos con bastante gente bajando entre risas, sobre todo las chicas. Eso prometía un buen ambiente ahí abajo y a punto estuvimos de volver a bajar... jaja.
Para no tener que correr en pista abajo (que luego había que hacerlo arriba en El Filo) a Marce se le ocurrió subir recto hacía arriba directamente después de cruzar el Barranco del Río. Estoy seguro que a Kilian le encantaría esa subida. Otra vez hizo trampa Marce, sacando los bastones, arma que Samu y yo no llevábamos. Nos destrozó el ritmo del entreno. Hicimos el kilómetro vertical en 6km de distancía pero tardamos 1h50. Marce hizo recolecta de puntos de reto parándose debajo de un pino a la sombra, a la mitad de la subida. Al estilo de niño rebelde diciendo, aquí me quedo. Samu y yo hicimos lo que hace un buen padre en ese momento: ni caso. Seguimos. Se habrá quedado cogiendo mas puntos hablando solo un ratito, ni miramos hacía atrás. Pero nuestro ritmo fue bajando poco a poco y el niño rebelde apareció otra vez.

Nos sentamos un momento al acabar la tremenda subida y antes de empezar el interminable camino por el filo hacía Izaña.
Empezamos a movernos pero entre que la subida nos dejó con las piernas amputadas y las piedras que intentaban probablemente igualar al último tramo de la Transgrancanaria, el ritmo no subía mucho. Cuando mejoraba la pista Marce y Samu seguían con el mismo ritmo y me quedé con dos opciones. Ganar puntos de nuestro reto llorando por lo interminable que se hace esto, o subir el ritmo para acabar antes. Opté por lo segundo. Después de un rato paré para mirar detrás pero Marce y Samu no venían. Quedaban 12km y ya llevabamos casi 6 horas. Seguí solo. A 7km del Portillo me quedé sin agua, traicionado por el camelback que no avisa... Llegué al coche en Portillo seco como un lagarto y a punto de tener calambres en ambas piernas. Recuperación con pastilla de sales, agua y una mandarina mientras esperaba por los dos guanches.
Fue un buen entreno aunque hacía tiempo que no me metía ese tipo de palizas. Pero lo mejor es que no sufrí "demasiado". Creo que no estuve protestando mucho y esta vez no habré ganado el reto de quejas aunque sin dudas mantengo el récord absoluto desde un famoso entreno para el Faro a Faro en Agosto 2014...






Hay que escribir

Hola fanclub.
Hoy me apetece publicar algunas de mis tonterías.
Bueno, les debo alguna explicación de la Transgrancanaria, o mas bien me apetece dejar plasmado lo que viví aunque sea para leerlo yo mismo dentro de un año cuando lo intente de nuevo.
Me inscribí hace... uff, ya ni me acuerdo. Llegando la fecha, lo normal sería entrenar y prepararse. Pero me había tomado un descanso y aun no había podido arrancar de nuevo. Un par de intentos terminaron con mucho dolor y sinceramente estoy hasta los huevos de vivir con dolor.
Sin hacer deporte no me duele nada, pero... tampoco me siento bien. Me tomé la tensión y por primera vez en 5 años vuelve a estar demasiada alta. OK, habrá que aguantar el dolor y seguir corriendo, porque no pienso tomar pastillas mientras haya otro remedio. Pero habrá que intentar no compensarlo con ibuprofeno... jaja. Lo dicho, aguantar el dolor.
Disfruté muuucho de una semanita de esquí en Candanchú con amigos de Buho trail y algunos mas. Disfruté el ambiente, la nieve, trazar curvas con el snowboard... pero seguí sufriendo dolor terrible en la cadera. Una de las noches sentado en la cama porque echado era insoportable, y al final cayó un ibuprofeno. Así estaba a 10 días de la Transgrancanaria. Visto la manera que me subía y bajaba del coche, podía aparcar sin problemas en las plazas reservadas para minusválidos.
Un par de entrenos con John, muy lentos y cortos y alguno solo sumaron apenas 100km para el mes de febrero. Los meses anteriores igual.
Y llegó el día de ir a Gran Canaria. Estaba relajado pero no muy bien descansado por otra serie de circunstancias en la semana anterior. El viernes por la mañana me parecía buena idea tomar ya una pastilla de sales y beber bastante agua... Siempre se ha dicho que es bueno experimentar cosas en carrera o el día antes... Menos mal que el vuelo de Tenerife a Gran Canaria es de 30 minutos pero aun así estuve a punto de ir al baño durante el vuelo también. Y durante todo el día 30 minutos sería el tiempo establecido entre meada y meada. No sé lo que se tomó John, pero estaba igual. La situación rozó lo ridículo. Al menos habré conseguido una limpieza interna profunda, quizás la explicación porque no tuve dolores en carrera. Menos mal que por la tarde se fue regulando a normalidad porque sino habríamos tenido un problema en la guagua hasta Agaete. Intentamos descansar en la playa de Maspalomas y para distraernos del ambiente de carrera echamos las toallas al lado de dos chicas en topless... Me acababa de comprar unas gafas de sol con cristales espejo, casualidad... jajaja. No tardé nada en olvidar por completo la razón por la que estábamos ahí. Luego disfrutamos, como si fuera un teatro, del acto de dos machos hinchados a base de pesas y batidos de proteínas que se acercaron a las chicas... película vista... Nos mantuvimos de espectadores, junto con una manada entera de otros machos pasivos pero todos con gafas puestas hacía la misma dirección. Hay que ver lo que ocasionan dos chicas con buen cuerpo en una playa. Y bueno, al menos una de ellas podía pretender de "topmodel", casi se me empañaron los cristales de las gafas, jajaja. Hasta que las chicas decidieron marcharse. La playa se vació como un campo de futbol al terminar el partido.
Y con eso ya volvimos a la realidad. Cena y guagua a Agaete.
Llegué con John a la linea de salida. Parecía verlo desde fuera, sin darme cuenta que estaba dentro. Y empecé a moverme con la masa cuando todos arrancaron. Me gustó bastante poder empezar con esa tranquilidad, pero luego descubrí que tenía trampa.
Demasiada tranquilidad. Aprendí que para conseguir un reto que no es algo de cualquier día, hay que estar motivado. Hay unas reacciones químicas en el cuerpo humano que le hacen capaz de hacer cosas casi inhumanas. Pero he descubierto que cuando no se liberan esas sustancias químicas, solo podemos realizar las tareas rutinarias. Una de las mas importantes es dormir por la noche. Empezar a correr una carrera a las 11 de la noche no era problema porque suelo acostarme tarde. Pero a las 3 de la mañana, la química de rutina diaria pedía a mi cuerpo ponerse en posición horizontal. Me peleé un rato con mi cabeza pero en el segundo avituallamiento, Tirma, me tomé dos vasos de té, a falta de café. Sentado en el suelo después de 19km. Hmmm. Eso no es buena señal. Habría que aguantar la noche y con suerte, el amanecer me despertaría...
En Artenara, km33 ya estaba mucho peor. No había café ni té, y me tiré al suelo en el fondo de la carpa desanimado. Qué hacía ahí en vez de dormir en una cama calentita??? Había mucho viento y empecé a coger frío así que no quedaba otra que seguir. Vi a Eduardo de 7Raid que se habia retirado y me ofreció alguna pastilla tipo 8 cafés de golpe. Pensé en mi tensión alta y no me parecía buena idea forzar lo que no funciona de manera natural, solo pensando en una carrera. Mi vida es mas que una carrera. Le dije que no y seguí en estado zombi por el camino hacía ese amanecer que me tendría que despertar. Despistado me perdí un par de veces. Nunca muy lejos, en primer lugar porque me avisaban otros corredores y alguna vez porque no me parecía normal no ver ninguna baliza cuando ya me había dado cuenta que siempre ha habido una a la vista antes. En esos momentos tenía la sensación que mi cuerpo corría solo y que YO realmente no estaba. Una sensación bastante rara. No sabía si iba lento o rápido aunque el Garmin me dejaba claro que ritmo tortuga. Al final se hizo de día un buen rato antes de llegar a Fontanales. Los de la advanced, hacía tiempo que ya habían salido. Gran contraste con el año pasado, cuando pasé ahí casi una hora antes de su salida, aun de noche, y eso saliendo de Agaete una hora mas tarde. Confiando en que la luz del día y el sol me tenían que despertar seguí hasta Valleseco. Pero no cambió nada. En la plaza al lado del avituallamiento vi un banco y ahí me eché intentando descansar algo porque así no podía seguir. De nuevo el avituallamiento no ofrecía nada para despertarme (bueno, quizás coca cola de alguna marca local, vete a saber el contenido, mas bien agua con azúcar, todo lo que necesito para reventar mi estómago para colmo de la situación), pero en frente había un bar y decidí recuperar ahí con un café decente y comiendo algo tranquilo. Eso ya no era una carrera, sino una excursión desmotivada.
El café funcionó y me fui con fuerzas en dirección de Teror. Disfruté durante 1 hora. Tanto que cogí confianza en que ya se acabaron los malos ratos. Pero subiendo hacía Talayon, poco a poco, volví a sentirme sin ganas, sin fuerzas. Es difícil explicar la sensación. Un extremo cansancio, sin molestias, pero simplemente la necesidad de parar y echarme. En Talayon me tiré al césped, luego en una silla, de la silla al furgón, luego otra vez a la silla y al césped. Todo menos en pie. Me decían que tenía que llamar al número de emergencia para avisar de mi retirada, pero yo no me había retirado... Bueno, a la tercera vez que lo dijeron, me convencieron. Hice cálculos. Estaba exactamente a la mitad de la carrera. Había tardado 13 horas (ya tres mas que el año pasado) La segunda mitad no iba ser mas rápido, seguro, así que me quedaban otras 13 horas, al menos 5 con frontal de noche. Qué va. No tenía ánimo para arrastrarme tantas horas mas sin disfrutar. Apareció un furgón que nos llevaría a Garañon y luego guagua a Maspalomas. No me lo pensé mucho para estar dentro con un suspiro sabiendo que había terminado un calvario.
En Garañon viví la carrera desde fuera, una situación muy diferente y bastante mas agradable. Comí pasta, tomé un vasito de caldo, algo de fruta y descansé. Hablé con otros corredores. Angel Yuste que comentaba que nunca lo había pasado tan mal en una carrera pero que no se retiraba. Un belga que conocí en la guagua hacía la salida que estaba destrozado, decidiendo si seguir o no. Helena de GOT Team que estaba bastante entera y concentrada.
Una vez en Maspalomas esperé la llegada de John. Estaba cada vez mas contento con mi decisión de haberme retirado. Disfruté de la experiencia en Garañon y luego poder ver llegar a la gente sin sentirme destrozado. Pero sobre todo por saber que si llegaba John como previsto, podríamos cenar en el hotel y dormir una noche normal en una cama !!!
La verdad es que esperaba esa llegada de John antes de las 7 de la tarde, o sea en menos de 20 horas. Pero desconocía la dificultad del terreno en los últimos 20 kilómetros en las que pensaba que se podía correr...
Luego empecé a escuchar de todo y me acordé que me dijo también Miguel el año pasado : "menos mal que te retiraste en Tunte, te salvaste de la peor parte de la carrera".
A falta de cinco minutos para cumplir las 20 horas entró en meta Kiko. No para de sorprender.
Y John apareció con 20 horas y 6 minutos. Visto la dificultad de la carrera, un buen resultado. Aunque cruzar la meta en el tiempo que sea ya es un buen resultado !
Al final, considero haber tenido un buen fin de semana, una buena experiencia y una buena lección aprendido: para correr 125km hay que entrenar un poco e ir con mucha motivación ! Y lo gracioso es que he vuelto motivado... si, un poco tarde. Pero servirá para empezar verdaderamente esta temporada 2015 aunque ya estemos en marzo...

Y no hay nada mejor para ilustrar la aventura que una foto de mis últimos minutos "en carrera", tomado por el amigo Ivanovich en su paso por el lujoso avituallamiento de Talayon (papas fritas, cola y agua)


martes, 10 de marzo de 2015

Transgrancanaria 2015

Oohh. Pues no voy a escribir ningún relato.
Tampoco tengo fotos.
Ni clasificación porque no llegué a meta.
Puedo publicar los datos del Garmin.
No me han gustado las cosas que he leído sobre la carrera. Guardo mi propia opinión y prefiero no entrar en debates y discusiones. Además aburren porque siempre se discute lo mismo.
Menos palabras y mas deporte.
La Transgrancanaria es un RETO en mayúscula. El que mantiene la sonrisa durante los 128km se merece un premio especial !
Felicito a todos los que han tenido cuerpo y cabeza para acabarla !