martes, 21 de abril de 2015

Santa Cruz Extreme Maratón 2015

Hay carreras a las que me apunto, las corro y se añaden a mi curriculum. Pero algunas me quedan marcadas. Siento que después de correrlas he subido un escalón en experiencia. Y la Santa Cruz Extreme me ha enseñado que esos escalones no van necesariamente por aumento de la distancia.
Todos comentaban que el recorrido de este año era muy duro pero como a mi me gusta llevar la contraria, después de un entreno en parte de el y de analizarlo, dije que no. Sería igual. El año pasado hice 6h35, perdiendo bastante tiempo en los últimos kilómetros por fuertes dolores, así que con precaución me dije que la acabaría en 7 horas. Algunos quizás no podrán seguir leyendo por la risa que les invade. Me equivoqué.
 Siempre he pensado que tiene que existir una fórmula para calcular el tiempo en el que se podrá terminar una carrera con los siguientes variables:
- velocidad en asfalto llano en por ejemplo 5 kilómetros
- fórmula para adaptarla a la distancia de la carrera (existen tablas que bastante fiablemente te convierten tu tiempo en 5km a tiempo en maratón)

- desnivel total acumulado
- factor técnico del terreno.
 Pero como luego depende tanto de la agilidad y experiencia del corredor en la parte técnica,  quizás nunca sería muy fiable. Pero serviría como factor para darle un nivel de dificultad a la carrera, algo que por lo que he leído en facebook, lo está desarrollando Kilian Jornet con otros corredores para evitar exceso de asistencias y retirados en algunas carreras a las que se apunta gente que no está lo suficientemente preparada.
 En esta ocasión no ha sido el caso porque aquí participaron principalmente corredores que conocen la zona y han preparado la carrera con mucho respeto a Anaga. Creo que yo fui a lo mejor uno de los mas irresponsables aunque me ha salvado mi experiencia.
 Pensando en una maratón de montaña cualquiera, salí con la idea de darle fuerte excepto los primeros kilómetros porque no iba a calentar antes.
 La salida en la playa de Las Teresitas, igual que el año pasado, es espectacular. Pero no sé como hacen todos para salir corriendo tán rápidos en arena blanda con las piernas en frío. Así que me encuentro como ya va siendo habitual, en el último tercio de corredores cuando dejamos el tramo de asfalto después de la playa. El tapón al entrar en el barranco era considerable y hubo que tener paciencia en varios puntos, esperando turno. Algo que demuestra el buen ambiente en las carreras de montaña porque nadie forzaba adelantamientos mientras estábamos parados. Ese par de minutos no iba a cambiar gran cosa en el resultado y yo ya tenía claro que no había opción a trofeo por categoría para mi por el nivel de los compañeros apuntados. Además, ya confirmado el mal estado de mi cadera, tengo que aprender a ser menos competitivo. (Fuerte contradicción con mi idea de ir a darle fuerte...)
Una vez que salimos del barranco y subiendo las laderas, después de una urgente parada sanitaria, metí la tercera marcha al motor y lo puse a revoluciones altas ya que subiendo es casi inevitable para coger buen ritmo. Fui adelantando puestos y llegué a la primera cumbre bien asfixiado pero aun muy atrás en el pelotón. Bajando recuperé aire. A partir de ahí me iba encontrando con otros corredores por grupitos de 5-6. Se vé que a la gente le gusta acomodarse a un ritmo que va marcando otro delante. Yo soy mas individual y suelo evitar esos grupos. De momento estaba en posiciones y condiciones para ir adelantando. Terminé la bajada adelantando a Juani y Juani (jeje) de 7Raid y Diana de la Rosa. Segunda subida, mas de lo mismo. Apretando y con mucha ayuda de los bastones (que luego no plegaría en ningún momento ya que no hubo ningún tramo largo donde no hacían falta).
 El tramo de Las Casillas hasta Chamorga fue la parte mas fácil de toda la carrera. Pero como me van muy bien las bajadas, disfruté también bastante de la bajada a Benijo. De Benijo hasta Almáciga fue el tramo sorpresa para mi. Por los callaos en la playa. Muchos se quejaban, yo lo disfruté. Es un buenísimo ejercicio para las bajadas ya que aprendes a mirar con al menos un paso de antelación donde vas a pisar para mantener el ritmo y correr fluido.

 Luego tocaba lo que temía. La subida al mirador de Taganana. No la conocía pero me imaginaba que iba ser bastante dura. Y lo es. Seguí en el mismo modo asfixiado y los últimos metros ya fueron de sufrimiento puro y duro. Me hundí. 

Quería seguir fuerte hasta Taganana para ahí relajarme un momento comiendo en el avituallamiento. Pero hice una bajada al pueblo penosa y luego de cadáver por las calles. Me volvió a adelantar Davinia de 7Raid después de haberle adelantado yo en la bajada a Benijo. Me senté en los escalones con un par de trocitos de sandwich de jamon y queso, la cabeza entre los brazos. Estaba acabado, muerto, roto. Mis gemelos bailaban solos y sin música.
 Pasó también Tomás Padrón por lo que decidí no perder mas tiempo ahí. Si el, con 65 años, puede seguir, yo también! Hasta el tramo de pista y asfalto por Afur iríamos mas o menos juntos. Hablamos un poco, le comenté lo roto que iba (comentarios más que típicos en carrera) y el me animaba diciendo que luego recuperaría fuerzas.
 Había llegado a Taganana en 4h40 con apenas 27km por lo que ya me dí cuenta del error de cálculos que había hecho. Sería muy poco probable poder acabar en menos de ocho horas. Hundimiento mental añadido aunque esto tampoco era una gran preocupación.  Nadie me estaba esperando a una hora establecida en meta.
 Pero no todo fue errores. La muy temida pared vertical de Roque Negro de la que yo decía que no era para tanto ya que es poca distancia, la subí como nada, probablemente quemando mi último cartucho.
Luego en la pista no corrí muy bien y para colmo me pierdo en una curva donde había que salirse a la derecha pero la baliza estaba media escondida en un matorral. Después de unos 500m me di cuenta porque ese fue el tramo que había ido a entrenar y no reconocía nada. Volví pero había perdido unos cuantos puestos, entre otros Tomás Padrón que no volvería a ver. Mi ritmo fue bajando a pasos gigantes. Pastilla de sales (tres en toda la carrera), barrita 226 y agua. Pero no recuperaba y me adelantaron varios corredores. Cuando llego a la carretera arriba me adelanta Diana de la Rosa. La vi muy entera y animada. Yo a peor. No pude disfrutar la bajada a Catalanes y vi como llegaban detrás Sito y Juanita de 7Raid. En la siguiente subida tuve que sentarme con otra barrita energética, desesperado, buscando solución al bajón, y me adelantaron también Sito y Juanita. No encontré solución pero la meta estaba ya mas cerca y con un pequeño esfuerzo mental llegaría, aunque sea un poco mas tarde que previsto. Del resto queda poco que contar. Cerebro apagado e ir avanzando. Un poquito de subida y luego todo bajada hasta Santa Cruz. Las bajadas técnicas se transforman de diversión a pesadilla cuando las piernas ya no funcionan. Luego Avenida Anaga a trote de 7'/km. Más no podía, quitando el sprint final ya que un compañero quiso aprovecharse de mi lentitud en los últimos 200m y ese placer no le iba a permitir. Jeje.

Llegué a meta muy muy destrozado pero sin problemas de estómago, a puntito de calambres pero controlable. Y con algo de comida y un par de cervezas recuperé bastante en apenas 15 minutos. Pero el día se hizo muy largo. Por la noche me arrastré hasta la pizzería Tartaruga en El Médano y fue otra maratón acabar la pizza. Cadáver.
 Anaga me puso en mi sitio. No sé si voy a seguir mi amistad con ella. Me trató mal. Jaja.
Aunque admito que todo podía haber salido mucho peor, así que contento.
 Muy contento también con mis nuevas zapatillas Dynafit. Buenas y ligeras para correr, casi minimalistas como a mi me gusta, muy cómodas y muy buen agarre al suelo. No me pregunten como se llama el modelo, no tengo idea, pero son muy futuristas de aspecto y se han portado mejor con mis pies que Anaga con el resto de mi cuerpo.

A los que lo han leído hasta aquí, que disfruten de mi sufrimiento, compasión no necesito ni merezco. Ya lo saben. Jaja. Saludos.

RESULTADOS

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