lunes, 1 de abril de 2013

Entrenando y filosofando...

Ya han pasado dos fines de semana sin competir, podría hasta acostumbrarme a ello...jaja. Soy muy vago y no habría sido muy difícil dejarlos pasar sin moverme mucho. Pero la motivación que tengo para acabar la Transvulcania en 6 semanas hizo que aproveché la semana Santa al máximo para entrenar.
El primer fin de semana empecé por El Médano el sábado y Las Cañadas el domingo. Después dos días de descanso (y trabajar) para luego hacer un bloque intensivo aprovechando que no tengo lesiones ni molestias.
Aparte de correr y acumular kilómetros iba concentrado en aprender detalles en lo que considero los tres puntos claves: 1. ritmo - 2. alimentación e hidratación - 3. la mente. 
Empiezo por lo último y eso es lo que opino:
La mente
Muchos dicen que es mi punto débil, aunque "nunca" he abandonado en una prueba. (el nunca entre paréntesis porque tuve que retirarme en la Blue Trail lesionado, pero allí poco podía solucionar la mente) Pero sí es verdad que me quejo mucho y pongo mala cara. Sufro, pienso "que necesidad" y hasta a veces me enfado. Creo que aprendí mi lección en la maratón de Las Palmas y consigo restarle importancia a la sensación de sufrimiento con pensamientos positivos:
- "no stress", todo se hace y todo se acaba. Si tardo más de lo que pensaba sabré que en todo momento estaba haciendo lo que podía y más no se podía pedir.
- las distancias visuales engañan. Lo que ves inalcanzablemente lejos, en nada lo habrás pasado. Eso me pasa sobre todo en las Cañadas. Las vistas son inmensas, el gigantesco cono del Teide lo ves a lo lejos, empiezas a correr y dos horas mas tarde estás al otro lado. Miras hacía atrás de donde has venido y te cuesta creer que hayas llegado tan lejos. Y esa sensación la tengo memorizada para pensar en ella nada mas empezar, cuando esa distancia parece tan imposible de cubrir corriendo. 
- Los bajones, cuando pienso: "no puedo mas" "se acabó". Los entrenos largos y competiciones largas me han enseñado que siempre pasamos por esos momentos, principalmente por errores en los dos otros puntos claves, pero todo se supera. Cuando pienso "no puedo más" hago pasar el tiempo en reflexionar en el porque: si fue por falta de hidratación o alimento tomo lo que debo y sé que con un poco de paciencia, iré otra vez mejor. Si es por llevar un ritmo demasiado alto, aflojo, aunque últimamente, sin pensármelo dos veces, paro a descansar. Sé que el tiempo que pierdo lo voy a recuperar y el alivio mental es enorme. Hay gente que dice que cuando te paras, ya no vuelves a arrancar pero nunca he tenido esa sensación. Arranco suave pero en nada ya me tengo que frenar para no ir demasiado rápido...
Hidratación - Alimentación:
No paran de hablar sobre este tema por todos lados. Está claro que es muy importante. Durante una prueba larga vamos gastando y quemando, y si no vamos repostando, el motor se apaga. Pero hay tantos factores que influyen que no creo en ningún cálculo matemático de calorías, sales, agua. Los factores principales son la intensidad del esfuerzo, la climatología y las características de la persona. El mas calculable es el primero, el segundo es estimable (calor-frio, sol-sombra, humedo-seco...) y el último ya depende de las experiencias de cada uno. Y durante los entrenos hay que ir experimentando para finalmente saber qué tomar en qué momento. En mi caso he ido descubriendo la importancia de comer sólidos, pan por ejemplo, y salado, también proteínas. No concentrar tanto en solamente carbohidratos. Muchos geles son únicamente carbohidratos y opino que solo sirven para pruebas muy cortas (menos de dos horas).
No suelo tener problemas de estómago y estoy tomando cada vez mas bebida isotónica cuando antes solo llevaba agua y aunque no me gusta quedarme siempre con un sabor concentrado en la boca, creo que sudo tanto que necesito una concentración mas alta que otros que sudan menos. He intentado "sentir" lo que me falta para saber qué tomar y aunque dicen que cuando llega la sensación de falta ya es demasiado tarde, he pensado que el tema es conseguir sentirlo antes. Aún falta mucho por aprender, pero ya me siento más preparado.
El ritmo:
Mi teoría: Cuando hacemos deporte nos cansamos. Pero entrenando para carreras largas pasamos un punto de cansancio a partir del cual entramos en un tipo de equilibrio. El cuerpo combate el cansancio químicamente con todos sus medios de recuperación, no solo cuando acabamos, pero también mientras corremos. Cuando adaptamos nuestro ritmo a ese equilibrio, ya no importa que sean unas cuantas horas mas o menos, sobre todo en referencia a los músculos. Quizás otras partes del cuerpo (articulaciones, tendones y ligamentos) necesitan una recuperación mas larga y limitan finalmente la duración máxima de una carrera. Lo más importante es que si vamos por encima de ese ritmo de equilibrio, acumulamos un cansancio que es difícil de recuperar y lo arrastramos hasta el final. El resultado es que no hacemos mejor resultado y lo pasamos mal durante mucho tiempo. Y eso es algo que busco evitar a todo precio, quiero disfrutar lo mas posible ya que no lo hago ni por obligación ni para ganar dinero.
De allí viene la importancia de hacer carreras de menos a mas. Pero lo difícil es conocer el ritmo y no ir demasiado rápido al principio. Se suele utilizar el pulsómetro y el gps para tener referencias. Yo, personalmente, no me gusta la sensación de la cinta del pulsómetro en el pecho y me agobia estar mirando el ritmo a el que voy, por lo que siempre he intentado ir por sensaciones, tanto en respiración como muscular. Pueden engañarme, pero, como todo, es cuestión de entrenar.
En el bloque fuerte de esta semana he buscado sobre todo ese ritmo para larga distancia. Hasta ahora, lo más largo que he hecho fueron 50km pero no hice nada diferente que en una carrera de 20km. Para 80km no puedo hacer eso !
Empecé, pensando en si sería capaz de correr 20-30km todos los días y lo intentaría. Los dos primeros días había metido mucha caña, muy por encima del ritmo de una prueba larga. El tercer día tenía agujetas fuertes y tuve que hacerlo tranquilo. El cuarto día aún tenía agujetas pero además fue el entreno mas largo. El quinto día ya no tenía agujetas pero mi ritmo "cómodo" era mucho mas lento de lo habitual. Llegué a decidir que ese sería probablemente mi ritmo de "equilibrio" Tenía el cuerpo y las piernas muy cansados pero había un ritmo que podía mantener en ese estado. En llano, cuando normalmente voy muy cómodo a 4:40-4:50min/km (mi ritmo de maratón) había bajado a 5:40-5:50. En montaña el ritmo cambia continuamente y hay que ir por sensaciones por lo que haré ahora varios entrenos a 5:50 en llano para memorizar esas sensaciónes.
Como preparación para la Transvulcania, eso es mas o menos mi filosofía. El resto es hacer kilómetros, cuidar mi alimentación y descansar. Bueno, hay otro experimento "raro" que intento hacer... Estamos a 6 semanas y por lo menos las 3 primeras voy a meter mucha carga física alternada con recuperación intensa a base de altas dosis de proteínas e aminoácidos al estilo "culturista" (pero en mi versión alternativa), y comiendo mucho, sin preocuparme por ganar o perder peso, a ver si cultivo músculo, jeje. Luego quedarían dos semanas para "secarme" con entrenos algo mas suaves y comiendo cada vez menos para después volver a "hincharme" todo lo que puedo los últimos 3 días antes de la carrera y acumular reservas energéticas...





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